#eapcOpenLab: La comunicación pública, más eficiente si se basa en datos – Nagore de los Ríos

Alimentarse mejor, ir al gimnasio, hidratarse por dentro y por fuera, dejar de fumar, gastar menos, dormir más, estudiar un idioma… El ser humano se promete de forma recurrente buenos propósitos que no siempre es capaz de cumplir; donde ayer dijo “digo” hoy hace “Diego” y así, ¿cómo vamos a fiarnos de nuestras propias intenciones?

No es que los humanos mintamos por defecto, y no solo que seamos débiles de voluntad, es también que somos incapaces de predecir el futuro y las circunstancias que en cada momento determinarán nuestra forma de actuar. Esto implica una volatilidad relativa: lo de hoy no siempre vale para mañana (¡menos aún si atendemos al mundo digital!) y es fundamental tenerlo en cuenta a la hora de comunicar. La vigencia es un concepto cada vez más efímero y, por extensión, el acierto más difícil de hallar.

En este sentido cuando una Administración Pública se plantea comunicar, ¿cómo saber lo que tiene que decir? ¿cómo saber a quién dirigirse? ¿cómo saber en qué momento debe hacerlo? y, lo más importante, ¿cómo saber a quién le interesa realmente ese mensaje?

Solo los datos pueden responder a esas preguntas, solo ellos nos pueden ayudar a diseñar la estrategia de comunicación: a definir lo que importa y a quién le importa, por qué le resulta de interés y qué objetivos cumpliremos si por medio de la comunicación conseguimos impactar en el destinatario adecuado, incitando a un comportamiento o reacción concreta por su parte. Comunicación y Big Data deben ir de la mano para lograr el acierto.

Los datos nos sirven, por tanto, para llevar a cabo la toma de decisiones que marcará nuestra estrategia buscando alcanzar nuestros objetivos de gestión pública. Así, los datos nos indicarán también la hoja de ruta o el plan de acción a realizar. Pero si además en ese plan de acción incluimos una trazabilidad de un dato, es decir, si contemplamos que todas las acciones comunicativas a realizar se ejecuten asegurándonos de que el impacto del mensaje nos va a devolver un dato, producimos nuevos datos que nos sirven para medir en tiempo real si verdaderamente estamos acertando, o si nuestros objetivos de gestión no se están alcanzando.

Por lo tanto, los datos nos resultan doblemente útiles en los tres momentos claves de la comunicación:

  1. Nos predicen el futuro y nos indican la estrategia a seguir
  2. Nos señalan el momento y los canales a utilizar, indicándonos el plan a ejecutar
  3. Nos muestran los resultados obtenidos apuntándonos, con ello, cómo mejorar

Porque lo que no se mide, sólo se percibe y al ser la percepción subjetiva volveríamos a confiar a la intuición la comunicación y volveríamos a fallar con mayor facilidad.

Nagore de los Ríos
Experta en comunicación, gobierno abierto y datos abiertos

Si voleu conversar i reflexionar amb Nagore de los Ríos en directe sobre aquests temes ho podeu fer venint a la sessió de l’#eapcOpenLab que es farà el proper 9 de novembre a l’EAPC.  Trobareu la informació sobre el programa i les inscripcions aquí

De la mateixa autora podeu llegir l’entrada a aquest blog “Importancia de un plan de comunicación para una administración pública”

18 respostes a “#eapcOpenLab: La comunicación pública, más eficiente si se basa en datos – Nagore de los Ríos

  1. La Administración Pública, se encuentra ante un reto muy grande cuando se trata de comunicar a los ciudadanos, ya sea sobre una política o sobre los servicios públicos que presta, en ese sentido tiene que realizar un plan de comunicación, que como bien lo señala, Nagore de los Ríos, tiene que saber qué decir, a quién dirigirse, en qué momento y a quiénes va dirigido, tener la respuesta de ello a simple vista no resulta fácil, pero gracias a los avances tecnológicos, hoy en día es posible aproximarnos más.

    Podríamos tener esa información tal vez de manera manual; realizando encuestas o entrevistas, imaginemos lo costoso y demandante que sería, actualmente el uso de las tecnologías por parte de las personas ha ido en creciente demanda; por lo que, para saber sus intereses podemos utilizar herramientas tecnológicas, herramientas como el Big Data.
    El Big data sí debe ser una herramienta de acompañamiento de la Administración Pública, gracias a ella se puede obtener respuestas a todas las preguntas planteadas en el primer párrafo, nos dará una cantidad de datos sobre las preferencias de los ciudadanos, por ejemplo, si queremos comunicar sobre un servicio público, nos permitirá conocer que medios de comunicación utilizan, qué contenidos leen, cuánto tiempo le dedican, con qué frecuencia, en otras palabras proporciona un punto de referencia, con una cantidad grande de información, la Administración podrá ser capaz de identificar los problemas y el interés de los ciudadanos respecto al servicio público que se quiere comunicar y tomar decisiones acertadas.

    Sin duda, el uso de esta herramienta permitirá que la Administración se mueva mucho más rápido, de manera más eficiente, asimismo, su uso le permitirá identificar nuevas oportunidades, reducción de presupuesto, mejora de servicios.

  2. Com garantir un alt grau de certesa a l’hora de comunicar? Com garantir que el que comuniques no estarà “caducat” en el moment que ho fas? L’autora planteja la volatilitat de les opinions de les persones, sobretot des que el món digital ha ocupat les nostres vides. Vivim en permanent obsolescència, i això condiciona la nostra manera de fer i d’entendre el món. El comunicador ha de ser capaç d’assimilar aquest repte i adaptar la forma i el fons de la comunicació a aquesta realitat.
    L’autora ens planteja una opció per a trobar un terreny sòlid en aquest món líquid, i és basar-nos en les dades. Les dades com a eina per a la presa de decisions per a desenvolupar l’estratègia de comunicació, i per tant, les dades com a font d’informació sobre què ha d’arribar al receptor de la comunicació. Només coneixent a qui ens dirigim podrem fer efectiva la comunicació.
    L’administració pública és segurament l’ens que disposa de més dades i que pot accedir a més dades, però el principal repte no és en aquesta obtenció de dades, sinó en ser capaç de tractar-les adequadament. Arxius infinits de registres sense algú que sigui capaç d’extreure’n el seu contingut, i el més important, d’entendre què signifiquen i què ens poden donar no serveixen per a massa. Cal un equip tècnic multidisciplinari que sigui capaç de tractar les dades fent-ne les combinacions necessàries per tal d’obtenir informació en tots els àmbits als quals una administració dóna servei. I, paral•lelament, cal un equip de comunicació prou hàbil al seu costat com veure les oportunitats que aquesta informació genera en l’àmbit de la comunicació.
    Un cas pràctic per exemplificar això podria ser el següent (encara que la obtenció i tractament de dades no es realitza des del sector públic, sinó que ho fa una empresa privada): A partir de la geolocalització de tots els dispositius mòbils que utilitzen el sistema operatiu Android, i la velocitat en la què es mouen, ja som capaços de determinar nivells d’ocupació d’una via, i per tant donar informació molt acurada i quasi a temps real de l’estat del trànsit en aquella via. Creuant aquestes dades amb la informació meteorològica es poden determinar quines zones urbanes estan acumulant més concentració de partícules, d’òxids de nitrogen i de carboni, i per tant es poden anticipar on es produiran microepisodis de contaminació, i d’aquesta manera l’administració pot comunicar de manera efectiva i a temps real les mesures de restricció i dissuasió del trànsit per tal de frenar a temps els efectes de contaminació ambiental no desitjats per a la població en aquella zona. En zones urbanes amb equipaments més vulnerables, com hospitals, residències geriàtriques o escoles, aquesta necessitat és més evident. I tot això sense la necessitat d’invertir en cars aparells de mesura de gasos i partícules ambientals de manera dispersa en el territori. Ja no és una apreciació subjectiva, sinó una realitat mesurada que evidencia una manera de prendre decisions i per tant el pla d’actuació a realitzar, i conseqüentment la comunicació que hi va associada per tal que en sigui efectiu.

  3. Como administrados, la administración pública (en sus diversos niveles y ámbitos) dispone de gran cantidad de datos sobre nosotros. Sabe dónde vivimos y qué edad tenemos, si poseemos un vehículo de propiedad o nos movemos normalmente en transporte público. Sabe si vivimos en una vivienda propia o en régimen de alquiler, cuántos hijos tenemos, si usamos el servicio de bibliotecas, si somos asalariados o emprendedores.
    Esta cantidad ingente de datos, bien gestionada, puede servir de herramienta a la administración pública para la toma de decisiones en el ámbito de las políticas públicas.

    El análisis de estos datos tiene gran potencia para proporcionar claves a la administración pública para planificar mejor sus acciones y tomar decisiones estratégicas. Se pueden predecir las necesidades futuras de la sociedad en base a los datos que actualmente se dispone de los ciudadanos: ¿cuántas plazas de educación secundaria se precisarán en un determinado distrito dentro de diez años? ¿En qué zonas de la ciudad hace falta proyectar residencias geriátricas? ¿En qué barrio se deben intensificar las campañas para el reciclaje de residuos?

    De los Ríos pone de manifiesto la gran oportunidad de mejora que brinda la utilización de datos en el ámbito concreto de la comunicación de las administraciones públicas. El conocimiento de la sociedad basado en datos que permite actuar a tres niveles: definir nuestra estrategia comunicativa, contestar a las preguntas cuándo comunicar y cómo comunicar y por último medir los resultados obtenidos orientándonos a la mejora continua. Hipersegmentar a los destinatarios objetivo según perfil y preferencias permite personalizar los mensajes a trasmitir, por qué canales hacerlo y cuándo hacerlo. Me parece especialmente interesante el esquema circular que plantea De los Ríos, haciendo hincapié en el papel clave de los datos en la fase de evaluación, ya sea de una política pública o de la comunicación que de ella hayamos hecho.

    Big data, Business intelligence, minería de datos… el tratamiento de datos está ya desarrollándose con fuerza en determinados ámbitos del sector privado que lo usa para conocer a sus clientes y así anticiparse a sus necesidades. En la administración pública queda todavía mucho camino por recorrer. El potencial es enorme pero debemos ser conscientes de que el análisis y uso de los datos orientados a objetivos estratégicos implicará también, necesariamente, un profundo cambio en los procedimientos y la organización interna de las administraciones públicas.

  4. Totalmente de acuerdo con el artículo cuando indica que la comunicación pública es más eficiente si se basa en datos, pues hacia ello es que deben orientarse todas las administraciones públicas tanto al momento de la construcción de la comunicación como en su ejecución y posterior evaluación de resultados.

    Pero, para que dicha comunicación sea posible considero que es necesario que las administraciones públicas empleen e incorporen en sus quehaceres, con mayor proporción, el uso de Tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y que orienten sus acciones y las de su personal a la generación de datos, que son la base de la creación de información, la cual posteriormente les permitirá tomar decisiones objetivas y confiables.

    Al respecto, a diferencia de lo que se indica en el artículo, considero que los datos por si solos no constituyen conocimiento de algo, sino que necesitan del análisis de la administración pública para generar valor y recién “predecir el futuro”, “señalar el momento y canales a utilizar” y “mostrarnos resultados”.

    En efecto, los datos una vez procesados y analizados permitirá a las administraciones públicas establecer las estrategias de comunicación más adecuadas para alcanzar sus objetivos, como bien se indica en el artículo “lo que no se mide, sólo se percibe y al ser la percepción subjetiva volveríamos a confiar a la intuición la comunicación y volveríamos a fallar con mayor facilidad”. Dicha estrategia, basada en el análisis de datos objetivos, debe estar plasmada en el correspondiente Plan de Comunicación de cada administración, el cual también debe prever un monitoreo constante y en tiempo real de los procesos de comunicación interna de la propia administración así como de aquellos de comunicación externa con los ciudadanos, para que de esta manera la administración pública conozca los nuevos datos que aporta la comunicación ejecutada y pueda corregir errores, en caso de haberlos, de manera oportuna; así como también, para que implemente mejoras posteriores a sus procesos y planes de comunicación según el nuevo conocimiento que tenga de su público objetivo, sus intereses y necesidades.

    Finalmente, no debemos olvidar que el tratamiento de los datos que obtienen y emplean las administraciones públicas para la toma de decisiones y la comunicación de sus acciones, deben realizarlo sin contravenir las políticas de protección de datos previstas en diversas normas y propiciar, a su vez, la apertura de los mismos; debido a que las administraciones públicas por un lado tienen la obligación de proteger la identidad de los titulares de los datos que posee o de las personas a las que estos les afecta y por otro están obligadas a hacer público los mismos para que los ciudadanos, empresas, organizaciones y sociedad en general puedan utilizarlos.

  5. La clave está en entender que toda política pública merece y necesita imperiosamente ser comunicada, por una u otra razón, para ser usada, para ponerla en conocimiento de la ciudadanía, para enseñar sus procesos y posteriormente sus resultados, va mucho más allá de un papel puramente informativo. Es en este punto donde cobra vida la estrategia de comunicación que de acuerdo a lo que dice Nagore de los Ríos, lo más importante es tener claro el mensaje, definir con anticipación los asuntos que se quieren transmitir a la comunidad.

    Para lograr lo anterior, es preciso conocer ese público objetivo de la comunicación, es necesario conocer las necesidades reales de la gente y de esta manera planificar la gestión de las políticas públicas, de tal forma que pueda provocar cambios de comportamiento en la sociedad, para que ellos mismos gestionen el consumo de servicios. En general lo que necesitamos con el plan de comunicaciones es predecir los consumos de la comunidad y esto se logra por medio de datos, si tengo información sobre la población tengo el control de las preguntas que debo resolver sobre la comunicación: ¿qué comunicar? ¿Cuándo hacerlo? ¿Por cuáles medios?

    Para tomar decisiones sobre la estructuración de un plan de comunicaciones, entonces es preciso contar con datos, contextualizar las necesidades, medirlas y cuantificarlas. Los datos son la base, con ello se sabe con qué se cuenta y se puede predecir de alguna manera el futuro de las comunicaciones. Hacer uso de todos los datos es fundamental tanto externos como internos, son los que estructuran las tendencias en la estrategia de comunicación. Es clave en la estructuración de la estrategia, tener en cuenta que la comunicación como tal no tiene unos objetivos, sino que la comunicación es el canal para conseguir los objetivos institucionales que se tienen.

    La estrategia debe incluir la recolección de datos, la programación de recursos y la medición para lograr retroalimentación y así mismo poder ajustar la estrategia de comunicación para lograr mejores resultados en el consumo de servicios de la ciudadanía. Es necesario medir los resultados que se tienen con el manejo de datos porque de lo contrario de nada sirve desplegar estrategias de comunicación que pueden no ser nada efectivas, es preciso hacer un diagnóstico del éxito de la comunicación por medio de la medición y tomar acciones de mejora para llegar de manera más acertada a la ciudadanía.

  6. Nagore de los Ríos, posa de manifest a l’article la importància del tractament i anàlisi de dades que disposa de l’administració i que actualment no està fent servir, amb la intenció de portar a terme una comunicació personalitzada que permeti captar l’atenció del ciutadà incitant-lo a un comportament o a què reaccioni d’una determinada manera. .

    Avui dia, rebem molta informació per diferents mitjans, molta d’aquesta la trobem repetida en diferents mitjans, de fet existeixen termes que defineixen aquesta saturació d’informació no seleccionada que rebem i que no som capaços d’analitzar com a infoxicació.

    Què passaria si l’administració, fruit d’aquesta anàlisi de dades, fóra capaç de comunicar-se amb els seus ciutadans havent resolt les preguntes de: què dir? A qui dirigir-se? En quin moment fer-ho? I que és el que li interessa a aquell ciutadà?

    Permetria una comunicació efectiva entre administració i ciutadà, que permetés el diàleg entre administració i ciutadà, i que alhora permetria rebre més dades a l’administració facilitades per l’administrat, les quals haurien de seguir sent analitzades per l’administració per tal de preveure les necessitats comunicatives futures i alhora veure si els objectius es van complint o no.

    Sens dubte, l’anàlisi de dades és un repte pendent de l’administració pública que està condemnada a anar de la mà de la comunicació i que permetrà a l’administració prendre decisions estratègiques que permetin aconseguir els objectius fixats.

  7. Esta época de gran difusión y cercanía de la ciudadanía a los avances tecnológicos, ha obligado a las administraciones públicas al ingreso y desarrollo del gran mundo digital.

    En España de acuerdo a la Ley 39/2015 del Procedimiento Administrativo Común a las administraciones públicas existe la obligación a relacionarse electrónicamente con éstas, por ende, las administraciones públicas reciben una cantidad inmensurable de datos que no suele gestionar adecuadamente.

    A diferencia de las empresas privadas, que trabajan los datos que recibe o los adquiere de otros privados, para ofrecer sus servicios, proyectar nuevas ofertas y medir resultados, la administración pública no lo hace, por lo que ya es hora que se invierta en el tratamiento de los datos que recibe, respetando los límites legales, depurando la información innecesaria, y con ello tener una gran base de datos que le permita a la gestión como una herramienta de apoyo a la toma de decisiones, planificar, medir y contextualizar e incluso mejorar los servicios públicos.

    Este proceso debe tener adecuadamente planteada la Big question, debe contar con la participación del Director de Comunicación desde el inicio, asesorando y proponiendo a los funcionarios responsables la estrategia de comunicación adecuada a cada caso.

    Particularmente considero que los datos no predicen el futuro, son una herramienta muy importante, que puede indicar la línea o interés de las personas cuyos datos contiene, pero es únicamente referencial, porque las circunstancias pueden variar en el tiempo y no porque seamos débiles de voluntad o volátiles en gustos sino porque todo cambia.

    En ese sentido esta herramienta marcará la línea sobre la cual se puede lanzar un servicio, determinar insatisfacciones, para proyectar posibles soluciones o determinar al segmento poblacional convocar para un determinado tema, inclusive ayudaría a preveer una crisis y no actuar de manera reaccionaria ante un problema social.

    En relación a la idea de pedir devolución de sus datos, ello será posible cuando exista un adecuado tratamiento de ellos en las administraciones públicas, cuando se gestione una gran base de datos, y al ser datos propios del solicitante nadie debería tener restricción para su acceso y como lo dice la autora en el mismo video ya es una lucha perdida, que ya se está poniendo en practica

  8. El artículo de Nagore de los Ríos presenta un tema interesante sobre el uso de los datos y su potencial en términos de eficiencia de la comunicación. Hoy tenemos una mayor disponibilidad de datos y me parece importante cuestionarnos las oportunidades que Big Data podría aportar, especialmente en el análisis de estos datos y su capacidad de mejorar el rendimiento y la eficiencia de la comunicación de la gestión pública. Como afirma la autora, frente al escenario de “volatilidad relativa” de sus ciudadanos, es interesante encontrar herramientas que consigan responder las preguntas que surgen cuando la administración se plantea comunicar. En ese sentido, si la comunicación y Big Data van de la mano podrían lograr el acierto.

    Como afirma la autora, los datos nos pueden ayudar a alcanzar los objetivos de comunicación de la gestión pública de forma más eficiente. Los datos, al permitir indicar una mejor hoja de ruta o plan de acción, marcan la estrategia de comunicación de forma más efectiva. Además y considero lo más relevante de esta implementación sería la capacidad de trazabilidad de un dato que permita medir si se están alcanzando los objetivos de la gestión.

    Finalmente, considero que la implantación de esta forma más eficiente de comunicación a través del uso de datos podría ser profundamente positiva para conseguir alcanzar las metas de comunicación ya que como explica Nagore de los Ríos, se muestra eficiente en tres momentos claves de la comunicación. Tiene la capacidad de “dejarnos más claro el futuro” e indicar la estrategia a seguir, de señalar el momento y los canales de comunicación a ser utilizados y por ello el plan a ejecutar y finalmente muestran los resultados obtenidos, con lo cual brinda la capacidad de mejora.

  9. Nagore de los Rios, excel·lent comunicadora -també verbal-, toca un tema fonamental en la seva xerrada de l’EAPC: l’obtenció de les dades.

    Estic completament d’acord en que ‘los datos es una de las mejores materia primas’ .
    En un Pla de Comunicació, per poder segmentar els teus destinataris necessitarem una informació que no sempre tenim, o que és difícil d’aconseguir.

    El rol dels serveis públics com a mers anunciants d’un servei està fent un canvi cap a un servei públic que no només anuncia el seu servei, si no que vol comunicar-se, dialogar amb aquells usuaris que el faran servir, per identificar-los, per millorar el servei. Per a la consecució d’aquest objectiu, cada servei públic haurà de, entre tots els ciutadans, identificar quins són els col·lectius receptors de la nostra comunicació. L’anàlisi de més dades ens dirà també quin canal és més efectiu i en quin moment la comunicació arribarà millor als seus destinataris.

    Per a això, necessitarem dades. Dades que són laborioses d’aconseguir. Tot i que s’està parlant de BigData, els hàbits dels ciutadans no sempre hi son, o bé no sempre els tenim ‘sense contaminació’, sense netejar. Aquestes dades són necessàries. Per arribar a saber què, a qui, quan i com, necessitem conèixer aquest entorn que envolta la nostra comunicació pendent.

    La intervenció de Nagore té tota la intenció de remarcar la importància de tenir aquestes dades. Estic d’acord en que aquestes dades són la base, els ciments del que després anirem construint. Són el coneixement sobre el que s’aixecarà un Pla de Comunicació organitzat i estructurat. Al damunt d’aquesta cimentació començarem a formar allò que Nagore diu, la ‘comunicació predictiva’; un arquitecte de la comunicació dissenyarà una estratègia i una planificació per dur-la a terme, no ha de faltar el disseny d’unes accions de ‘medició’ o avaluació per poder mesurar l’eficàcia de tota la feina feta.

    Considero important això que ens explica sobre la no recollida de dades en segons quins moments. L’exemple de la no recollida de dades quan els partits polítics fan ‘soroll’ és del tot encertada. Els partits polítics es dediquen a crear opinió, fan esforços per crear opinió pública, per modificar el pensament dels ciutadans, i amb més intensitat durant els processos d’eleccions. Així que cal ser acurats en els processos de recollida de dades si no volem trobar un cert esbiaix de les dades recollides.

    Les dades es poden comprar, obtenir de dades obertes, o demanar als nostres usuaris. Com a Administració, l’usuari està més predisposat a donar-les, tot i que també haurem d’aplicar una metodologia per que puguin ser fiables. Parla Nagore dels moments en què segur que l’usuari em donarà dades: quan li’n demanes de temes que li ‘toquin la fibra’, o quan a l’enquestat l’interessa el tema per necessitat (ull al moment en què es demanen -paràgraf anterior). Però saber quin tema toca la fibra o saber qui està interessat en quins temes, també requereix analitzar dades. La conclusió és que no som davant d’una tasca fàcil. Es essencial deixar-la en mans de persones especialistes dels processos de comunicació.

    J. Vicenç Cervelló Atanes

  10. Veure el vídeo amb els plantejaments sobre comunicació pública, dades obertes i govern obert que planteja la Nagore de los Ríos no m’ha deixat gens indiferent i inclòs m’ha produït en certs moments vertigen.

    Inicialment, situa la comunicació com el repte de l’administració pública del S. XXI en un entorn en el que les circumstàncies canvien constantment fet que estic totalment d’acord. Considero que les decisions en la comunicació es prenen amb una informació i un moment determinat i hem de ser conscients d’això. Per això, a l’hora de comunicar necessitem tenir respostes per poder prendre decisions. Els factors que ens ajuden a prendre aquestes decisions són la intuïció, sota evidències, la co- creació i el “big data”, que són la quantitat de dades que tenim que no podem extreure conclusions fàcilment.

    Ella fa una anàlisi dient que anem de l’home a la màquina en el sentit en què cada vegada anem a consumir productes enlloc d’emmagatzemar-los (com per exemple, escoltem música a través de programes sense necessitat de tenir el cd, veiem pel·lícules a través de plataformes per internet…)i que, superant la fet en la creativitat, anem a buscar algoritmes, dades que ens ajudin a analitzar per prendre decisions i ens diguin com relacionar-los. A més, fa un plantejament de per a què necessitem les dades i ens diu que és la base del que succeeix. Si les analitzem ens diuen per què passa el que ha passat i, a través d’aquesta podem arribar al coneixement, a predir què passarà i d’aquí ens pot portar a la saviesa i a co- crear, fent propostes i millores d’accions.

    Sí que és veritat que hi ha plataformes d’internet que ens faciliten poder consumir certs productes sense necessitat de posseir-los i realment estic molt a favor d’aquestes però, no estic d’acord en que sigui només a través de les dades que podem trobar elements d’anàlisi per a la presa de decisions. Em produeix vertigen en el sentit en què només analitzant unes dades poden predir què passarà, inclòs amb nous productes si apliquen els mateixos paràmetres de comportament. Poden crear necessitats a productes nous del mercat, etc. Considero que l’ésser humà precisament a través de la seva ment i amb creativitat pot repensar les coses d’una forma diferent a com, potser ho havia fet fins ara i només preveient el seu comportament fins el moment, ens podem equivocar en com ho farà en el futur. En aquest moment jo aposto per a la creativitat humana i penso que, són importants les dades però, per arribar a la saviesa i a les propostes caldrà anar més enllà d’aquestes.

    Al final del vídeo, la Nagore planteja una “campanya” simbòlica a la que jo m’uneixo i és reivindicar que “Em tornin les meves dades!” És a dir que nosaltres com a ciutadans també podem utilitzar les nostres pròpies dades per poder analitzar les nostres accions, els nostres hàbits per poder-los gestionar millor, canviar-los i prendre decisions al respecte.
    A més, afegeixo a aquesta campanya que podem decidir quines dades volem cedir i quines no!

  11. Aquest article m’ha fet tornar a l’època en la qual estudiava Humanitats i pensar en l’eterna qüestió que ha preocupat, o “ocupat” a grans filòsofs de la història: el pensament, la paraula i l’acció són tres característiques diferents de l’ésser humà? o és una mateixa característica que es manifesta de tres maneres diferents?
    Convencionalment, hem considerat que la paraula és un mitjà per transmetre el pensament i acceptem que escoltar és un acte passiu. És a dir, es construeix i accepta socialment que escoltar, parlar i actuar segueixen al pensament, com una seqüència lineal. No obstant això, molts són els filòsofs que han qüestionat aquesta interpretació.
    Des de Descartes es considera que el pensament és l’element central, generador i per tant diferenciador de l’ésser humà. És perquè pensem, , que podem concloure que existim: “jo penso –ens diu- així doncs existeixo”. El pensament és la base de l’ésser. La raó és el que ens fa humans. No obstant això, Nietzsche va considerar que si bé el pensament és característica de l’ésser humà, la majoria de nosaltres solament emprem pensaments aliens i per això, encara que posseïm la característica de l’ésser humà, no l’emprem quotidianament. S’evidenciava que moltes accions no són precedides per pensament. Amb el que s’atorga independència a l’acció.
    Davant aquest qüestionament de la dependència lineal de pensament i paraula, es possibilitava crear altres convencionalismes, on pensament, paraula i acció es podrien relacionar de forma no lineal. El que implicava un canvi de sentit. Així, l’acció podria deixar de ser element efector per passar a ser un element actiu. És més, es podria invertir la dependència, és a dir, que des de l’acció es pot generar pensament. De fet, Heidegger qüestionà que la raó sigui primigènia en l’ésser humà. Per contra, considerà que la raó neix com a conseqüència derivada de la repetitiva acció. D’aquí sorgeix una visió circular, les accions generen pensaments i els pensaments generen accions, usant com a nexe a la paraula. No obstant això, fins a aquí la paraula compleix una funció de transmissor de pensaments i accions. Amb una funció purament passiva.
    Wittgenstein, en canvi, qüestionà que la paraula sigui un mer transmissor del pensament i accions, de fet considerà que la paraula és un acte construït socialment i de forma activa. El que implica que el joc recursiu de la paraula pot conduir a crear pensament. Aquest gir, va ser possible perquè s’accepta de que escoltar és un acte interpretatiu i per això actiu. Amb el que es va evidenciar que la paraula pot generar pensament. Així doncs, la paraula té dues cares, una de transmetre i una altra de generar pensaments. Igualment l’acció té dues cares, una per executar i una altra per generar pensaments.
    La preeminència del pensament és reemplaçat per la relació circular entre pensament, paraula i acció. (deixant la relació lineal convencional). És més, la dependència circular permet que, des de certa perspectiva, les tres característiques siguin considerades com a manifestacions diferents d’una mateixa característica humana, donant així resposta a la pregunta que inicia el meu comentari.
    Amb tot això, en realitat què vull dir? A on vull anar a parar amb la meva reflexió?
    Doncs el que vull posar de manifest és que en l’àmbit de la comunicació hem d’acceptar que el joc lingüístic pot generar accions i pensaments. El que implica que no hi ha paraula innocent, lliure d’intenció. Els judicis de valor fets per una persona a un altre manifesta coincidència o no de la seva essència, o pot evidenciar coincidència o no en el sentit de les paraules. D’aquí que tot judici de valor pot ser interpretat de moltes formes. Per la qual cosa, insisteixo, l’escoltar (entès com a recepció d’un missatge oral, escrit, etc.) és una acció activa de lliure interpretació. El que implica que una paraula, independentment de la intenció del que la diu, pot ser interpretada, pel que l’escolta, de manera similar o diferent.
    I això, en definitiva, i com a conclusió, té molt a veure amb allò que vulgui mesurar la comunicació; perquè si bé la coneguda frase “tot allò que no és mesurable no existeix” és veu tant evident en l’àmbit científic, se’m fa molt complex en una ciència social com és la comunicació, atès que essent les persones l’objecte d’estudi, les paraules i interpretacions són subjectives i estan en constant revisió. No vull dir amb això que en ciències socials no es pugui mesurar res, o que sigui inútil, sinó que poso de manifest que la unitat de mesura sempre és l’individu, el qual es manifesta en aquesta realitat circular entre pensament, paraula i acció.

  12. Primeramente me gustaría expresar mi desacuerdo en la comparación de la autora sobre el compromiso recurrente del ser humano y no cumplirlos, me resulta un tanto pesimista y no lo encuentro como la comparación más adecuada para los planteamientos posteriores del artículo. Así como tampoco me parece afirmar rotundamente que “somos débiles de voluntad”, depende única y exclusivamente de la predisposición de cada persona cumplir con sus metas e ideales, no olvidemos que la voluntad es la capacidad humana para decidir con libertad lo que se desea o no, y no se puede generalizar.
    Antes que hablar sobre la volatilidad relativa del futuro me gustaría usar la expresión modernidad líquida, en contraposición a las realidades solidas en las cuales el patrón de comportamiento de generaciones se podía predecir con facilidad. En la actualidad predomina la preocupación por evitar que nuestra vida social e individual quede estática.
    En el sentido de la comunicación de la Administración Pública y en cualquier plan de comunicación de una empresa privada, es evidente que no podemos comunicar todos los productos o servicios a la totalidad de la población, porque de hecho no están dirigidos a toda la población, así como tampoco todos tienen la misma recepción y apreciación de la información.
    Los datos son claves para realizar cualquier estudio de mercado, nuevamente ya sea público o privado, porque ayudan a definir el público objetivo, identificar sus preferencias y entender su comportamiento para lograr la máxima proximidad y contacto fluido. Bajo ninguna circunstancia los datos predicen el futuro, en lo que si ayudan es a tener más claro el panorama para establecer la estrategia de acción.
    Lo que sin duda aportan los datos son los resultados obtenidos, nos dan la capacidad de medir la efectividad o eficiencia de las acciones por las que se hayan optado, ya que se trata de evidencia comprobable. Además es cierto que sirven para corregir acciones que no hayan sido las más acertadas pero no puede predecir si el comportamiento del público seguirá siendo el mismo.
    No existen dudas sobre la utilidad de los datos, y que son una herramienta que nos proporciona mayor solidez y respaldo a la hora de tomar decisiones y optar por una estrategia, pero no definen por sí solas el éxito de las mismas.

  13. Heráclito dijo: “todo fluye, nada permanece”, en mi opinión esta frase ha de tomarse en cuenta muy enserio, ya que vivimos en un mundo digital, con lo cual estoy de acuerdo en gran medida con el contenido de Nagore.
    Como todos sabemos las Administraciones Públicas históricamente han manejado toneladas de datos de manera aislada, a los que no se daba un valor agregado ya que la administración clásica era unidireccional y secretista, a la fecha las tecnologías han hecho que éstas viren hacia un modelo bidireccional, G2C.
    El término “datos abiertos” surgió en el 66 con la Freedom of Information Act; y aún ocupa un puesto en el ranking de tecnologías emergentes. Nunca antes los datos habían tenido tanta importancia como tal para los gobiernos en la toma de decisiones, sin embargo en la actualidad la mayoría ha empezado a diseñar vías de interacción con el fin de incentivar la participación del ciudadano.
    Esta apertura de datos permite que ciertos ciudadanos puedan generar información relevante que sirve a su vez al interés general (aunque el impacto no necesariamente puede ser positivo. ), por otro lado permite a las Administraciones Públicas “comunicar y plantear nuevas hojas de ruta acorde a las verdaderas necesidades del ciudadano” de tal modo que puedan reafirmar su legitimidad y prever su futuro.

  14. La gestión de los datos genera conocimiento, però no estoy seguro que asegure éxito comunicativo a la Administración en un ecosistema muy complejo . Otra cosa muy diferente es la gestión del conocimiento , que contemplo como una fase evolutiva más avanzada. Y ahí seguramente podriamos funcionar con elementos que no tienen porqué ser subjetivos. De hecho, existen muchas formas de objetivar procesos y metodologías para cumplir objetivos, y no precisamente basado en criterios exclusivamente cuantitativos o cuantificables.
    Y realmente, ¿no se están confundiendo medios con fines? Un medio de comunicar puede ser efectivo a partir de los datos, pero me da la sensación de que lo que se pretende es convertir en un fin en sí mismo el comunicar siempre a partir del Trabajo de los datos.

  15. És cert que no podem predir el futur, i que la gran majoria de coses que van passant al llarg de la vida no són permanents. Les noves tecnologies segueixen aquest mateix camí, i la comunicació per tal de poder ser efectiva ho ha de tenir present alhora de comunicar.

    Per tant, una manera a través de la qual l’Administració pot comunicar de manera efectiva és a través de la utilització de dades. Estic d’acord amb la Nagore perquè aquestes resulten ser uns bons elements per definir el públic objectiu, el missatge, l’estratègia etc., actuant les dades de forma precisa. A més a més, també és cert que si quan es treballa amb les dades es fa correctament, a través de la seva utilitat es crearan encara més dades que es podran gestionar en un futur per tal de poder seguir comunicant.

    Per altra banda, no acabo d’estar del tot d’acord en el fet de que les dades ens prediuen el futur, perquè el futur no crec que es pugui predir en cap sentit. Sinó que més aviat opino que les dades arriben a ser precises i indiquen l’estratègia a seguir a partir de les circumstàncies que no han pogut ser mesurables. Però si que estic d’acord amb el fet que marquen el moment i indiquen els canals adients i el pla que s’haurà de seguir. De la mateixa manera, que mostren els resultats obtinguts i ensenyen com poder-los millorar, probablement perquè no han estat tan precisos com ho haguessin pogut ser.

    És doncs, que totes les administracions públiques necessiten dades, i algunes d’elles en resulten ser totalment dependents. En aquestes administracions la bona gestió de les dades és fonamental per al seu correcte funcionament. Però cal tenir en compte, que les dades només descriuen una part del que passa en realitat i com que no poden predir el futur, no són de per si definitives. Guiaran les accions de la comunicació i la presa de decisions.

    Tot i això, les dades resulten ser clau per a les administracions públiques, ja que constitueixen la base per tal de poder portar a terme la comunicació. De no ser així, no se m’acut de quina altra manera l’administració podria arribar a ser més eficient.

  16. No creo que los humanos, por regla general, seamos débiles de voluntad. De hecho aplicar la racionalidad por sobre los instintos, es decir, aplicar la voluntad, es uno de los elementos que nos define como humanos. Ciertamente no siempre ejercitamos la voluntad y quizá no podamos predecir el futuro aunque sí que podemos intentar de preverlo con los elementos de juicio a nuestro alcance (experiencia, indicadores, observaciones, ect…). Fiarnos de nuestras intenciones (voluntad) por encima de aquello que nos distraiga de estas, a mi entender, pasa por un proceso de valoración (en el que está claro que hasta cabe el autoengaño), pero pasa por ese proceso-filtro.
    Estoy de acuerdo que la realidad es, obviamente cambiante, y que esa característica puede generar incertidumbre respecto a determinados resultados. Pero delante de esta realidad cambiante hay, tenemos, puntos de anclaje (hijos, amigos, vecinos ect…) que nos permiten interiorizar parte de esa realidad y una capacidad intelectual de adaptabilidad (otro rasgo evolutivo anterior incluso al homo ergaster que no sólo pervive, sino que aun hoy en día nos define, en parte, como homo sapiens sapiens). Y si por fuera necesario, podemos crear estos puntos de anclaje en forma de (por ejemplo) cursos, tutoriales, guías, ect… A medida que se ha ido desarrollando la historia de los humanos han concebido diversas formas de hacer frente a la gama de entornos y de sistemas sociales (local, regional, nacional y global) que han ocupado en el tiempo y el espacio.
    Estoy completamente de acuerdo que los datos (información contratada) nos dan elementos de juicio para la toma de decisiones de nuestra estrategia. Pero, en tanto que son elementos de juicio, nos dan elementos de elección y no nos dan la elección en sí. Per ejemplo: los datos pueden indicar como óptima una determinada acción, estrategia, ect… a realizar. Pero no si es ética, licita, ect… es decir, que no se produzca aquello de “estábamos tan centrados en lo que podíamos hacer y en el cómo hacerlo, que no pensamos en si debíamos hacerlo”.

    Y tampoco acabo de estar del todo de acuerdo cuando indicas “los datos nos resultan doblemente útiles en los tres momentos claves de la comunicación”.

    1. Los datos no predicen el futuro. En todo caso lo prevén. Tampoco nos indican la estrategia a seguir. Los datos en si no dan una única estrategia. Nosotros diseñamos una o más estrategias en función de los parámetros que aplicamos al análisis de los datos.
    2. Lo mismo con lo del plan. Puedes interpretar, a partir de los datos, fórmulas más o menos eficaces per se. Pero los datos no son el único de los criterios de elección de la estrategia i/o plan.

    “No todo lo que cuenta puede ser contado y no todo lo que puede ser contado cuenta”
    Albert Einstein

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